(Premio otorgado en lengua gallega)
1º Premio de Narrativa del 2º Ciclo de Primaria, con mi relato: “Un dragón no meu xardín”, en el Certamen Literario 2014. Organizado por el Equipo de Dinamización da Lingua Galega do CEIP PENA DE FRANCIA (Tameiga – Mos – Pontevedra)
Hoy tuve que recordar, aquel mágico viaje, o como algunos dicen, aquel mágico sueño a un lugar, un lugar en los confines del universo, tan mágico, pero a la vez tan real, al que todos podemos viajar. Solo hay que hacer una cosa, tan sencilla pero tan complicada: ¡Imaginar! Que tu imaginación no tenga límites, acompáñame, yo te ayudaré: a que imagines, a divertirte, a hacer lo que tú y tu imaginación seáis capaces.
Era un día sencillo y tranquilo, en el colegio nos pusieron muchísimos deberes y tres exámenes. Cuando llegué a casa, en mi pequeño jardín salía un pequeño fuego, pensé:
–Será mi imaginación que quiere entretenerme para que no haga los deberes.
Hice todos los deberes, pero aun tenía que estudiar y para desconectar, fui a estudiar al jardín. Cuando llegué volví a ver aquel fuego, y esta vez fui a ver que pasaba. ¡Era real!, lo toqué y me quemé, intenté apagarlo con un caldero de agua, pero solo escuché un gruñido.
Empecé a excavar para ver que pasaba y de repente me caí y aparecí en un lugar lleno de plantas, animales voladores… ¡Que eran… eran dragones! Y yo estaba encima de uno de ellos, me sorprendí mucho, pero aun más cuando me dijo:
–¿Tú eres Coset?
Yo respondí:
–Sí, soy yo. ¿Pero cómo puedes hablar? ¿Y cómo caí en el agujero si solo me cogía un pie? ¿Y además, para qué quieres saber si soy yo?
–El Dragonolus, que es un aparato fantástico, dice que tú eres la primera Princesa de los dragones. Además estás en Dragafán, la ciudad subterránea donde habitan los dragones. Pero lo malo es que primero tenemos que rescatar al Príncipe.
Yo accedí. Fuimos al palacio y comimos.
Al día siguiente tendríamos que ir al Castillo de las Brujas para rescatar al Príncipe.
–¡Levántate! Ya es de día –me dijo una pequeña dragoncita, que era la hija del dragón que había conocido llamado Fogo y su hija Lumiña.
Ya estábamos en el Castillo de las Brujas y me disfracé de una de ellas y entré. Cuando la bruja jefe me vio, me dijo que fuese a darle la comida al Príncipe. Yo cogí la comida y cuando la bruja se fue a sus aposentos, yo cogí las llaves. Subí veintisiete pisos, con sus veintiocho escalones cada uno, le abrí la celda al Príncipe, pero el murciélago, mascota de la bruja, nos pilló y dio la voz de alarma. Todas las brujas empezaron a lanzar hechizos por todas partes. Al final desapareció el Castillo. Pero el Príncipe empezó a volar y me cogió antes de que me aplastara contra el suelo.
Cuando llegamos al Palacio, el Príncipe me dijo que si quería se su Princesa. Pero yo no accedí, ya tenía un pueblo donde me querían y un Colegio con muchos amigos y amigas. Lo que sí estoy segura, es que en Dragafán también.