(Relato seleccionado y editado en lengua gallega)
Fui seleccionada en el IV Certame de Relato Curto da FANPA de entre los 720 relatos presentados, con mi relato “As pegadas do pasado”. El listado de finalistas está publicado en:
http://blogs.nontedurmas.org/certame/blog/
Según las bases todos los relatos finalistas serán editados en un libro por la editorial Kalandraka.
«Piensan que desaparecimos, que todos nos extinguimos, pero están equivocados, solo quedo yo, el único sobreviviente».
En un rincón apartado de la selva más inhóspita del mundo, el profesor Probeta, el antropólogo con más éxito, descansa después de descubrir su último hallazgo, un móvil, así lo llamaban antiguamente. Cuando de repente vio unas huellas de un animal que no conocía. ¿Sería un animal nuevo, o un animal en peligro de extinción? Las siguió, el animal que el rastreaba era muy ágil.
«¡Ja-ja-ja! ¿Él pensaba que iba a poder encontrarme, seguir mi rastro? Llevo más de cien años viviendo aquí y conozco todos, pero todos los secretos de la selva desde el 2030, que desaparecieron mis compañeros, hasta ahora. Me da la risa, como un mísero humano podría seguir mi rastro. ¡Ja-ja-ja!»
El profesor, aunque ya dejara el mundo de la antropología, no podía dejar escapar aquella oportunidad. ¡Una especie nueva! Puso todos sus aparatos apunto para encontrar a aquel animal.
«Me parece gracioso, me voy a divertir con ese tal profesor Probeta».
Otra vez la misma historia, el animal había subido por una secuoya, esta vez solo consiguiera ver que tenía una cola y su cuerpo estaba lleno de pelo. El profesor Probeta examinó las huellas y llegó a la conclusión que aquel animal tenía cuatro patas y almohadillas en ellas.
«Esto es más divertido que cazar bichitos. Ahí viene, ya encontró mis huellas otra vez».
Aquel animal iba por todos los rincones de aquella selva, salvo por ríos, lagos, charcos y todo lo que implicase agua. El profesor llegó a la conclusión que era un animal extinguido desde el 2030, y que era un animal al que antiguamente los humanos le tenían cariño. Sabiendo los puntos débiles de aquel animal, ya sabía como atraparlo.
«¡Mira que es parvo, deja la ventana abierta, sé leer! Ahora sé todos sus planes. Miauuu…».