Relato para el:
III Certame de Relato Curto da Fampa de Pontevedra
(bases en: www.nontedurmas.org)
(No siendo seleccionado por el jurado entre los 40 mejores)
Hace no mucho tiempo, un niño llamado Dic, compró una maleta. Era una maleta muy bonita, azul y con dibujos de balones de fútbol, que era el deporte que más le gustaba a Dic. Él necesitaba la maleta para ir a música, tocaba la batería, era todo un experto, y por eso necesitaba una maleta para guardar sus baquetas, que tenía muchas.
El primer día que estrenó su maleta, todo fue bien. Y ese mismo día su profesor le dijo:
–Dic, dentro de una semana, tocarás la batería en el concierto que vamos a hacer aquí. Tocarás tú solo esta obra que para ti está chupada.
–¡Qué ilusión profe! Me voy a poner a ensayar, tan pronto llegue a mi casa –dijo Dic.
–Muy bien, pues ya puedes marchar, que ya acabó la clase –le contestó el profesor.
El día de la actuación, cuando ya había pasado una semana, Dic estaba preparado. Llegó al concierto antes que sus compañeros. Pero cuando fue a coger sus baquetas, no estaban, no aparecían por ninguna parte.
Dic habló con su maleta, porque como estaba tan desesperado, no podía pensar.
–¿Maleta por favor, podías hacer que apareciesen aquí mis baquetas?
Y de repente aparecieron allí, dentro de la maleta. Y Dic exclamó:
–¡Qué suerte tengo, tengo una maleta mágica en mi poder!
Y así, la maleta acompaña a Dic a todas partes, y cuando se le olvida algo, solo tiene que pedírselo a su maleta y aparece. Pero la maleta no es el objeto mágico de nadie, por eso a veces, se enfada con Dic, por no pedir las cosas, sino ordenárselas, y no se las da. Y así Dic, también aprendió a ser educado, pidiendo las cosas, con una palabra mágica: por favor.