(Premio otorgado en lengua gallega)
(Para la 17ª Edición de los Relatos de Verán das
Páxinas Literarias de La Voz de Galicia 2016)
(Relato publicado en: La Voz de Galicia, con fecha 15 de agosto do 2016)
(Obteniendo el 1º premio en la categoría de menores de 16 años por segundo año consecutivo)
Se dice que existe un mundo desconocido flotando en las nubes. En cada nube hay un pueblo, en cada pueblo hay un montón de habitantes que nadie conoce. Algunos piensan que son las gotas de agua, otros dicen que son los ángeles, por no hablar de los que piensan que las nubes son una masa visible suspendida en la atmósfera, de color y densidad variables… y dicen, con orgullo, que no hay nada en ellas que es solo eso, una acumulación de partículas.
Yo tengo mi propia teoría, y también estoy orgullosa de lo que pienso. Una nube es un sueño, los sueños bonitos, los que aun recuerdas cuando despiertas, y te gustaría que el tiempo se parara hasta que ese sueño hermoso y cariñoso acabara para que el despertador haga que abras los ojos. Los nubarrones oscuros son las pesadillas, por eso es bueno tener una chimenea, así salen volando por ella. Cuando hay niebla es que alguien cerca de ti está soñando despierto. En las nubes habitan las sonrisas que echas sin darte cuenta cuando despiertas con aquel sueño tan hermoso en la mente. También viven en ellas los llantos de cuando tienes una pesadilla, los besos de tus padres en la frente para hacértela olvidar, las palabras de alguien diciéndote:
–¡Qué! ¿Estás durmiendo? ¡Despierta!.
Y también, las buenas noches.