La estación de los Besos

Pontevedra Viva Radio – 14 de novembro do 2016
14/11/2016
FANPA – Nontedurmas.org – 30 de mayo del 2017
30/05/2017

La estación de los Besos

(Relato seleccionado en lengua gallega)

Fui seleccionada en la Categoría de Secundaría en el V Certame de Relato Curto da FANPA, de entre los 804 relatos presentados, con mi relato: «A estación dos Bicos». El listado de finalistas está publicado en:

http://certame.nontedurmas.org

Según las bases todos los relatos finalistas serán editados en un libro por la editorial Kalandraka.

 

La estación de los Besos

 

Hacía frío en el andén del metro, casi no había gente, pero yo llevaba un buen rato de pie esperándolo.

Sentí el estruendo que hace siempre, se estaba acercando y entonces lo vi. Era muy hermoso, blanco y con dos rayas rojas, tal como me habían contado.

Se paró delante de mí, las puertas se abrieron y entré. La siguiente parada era la llamada “Besos de madres y padres”, en ella estaban los besos que te da una madre cuando lloras porque ibas corriendo por las escaleras, y un paso en falso te hace caer, y eso que ella ya te lo dijera “no corras por las escaleras”, pero aun así ella te da un beso que es mejor que cualquier tirita o benda. Pero hoy no, no andaba buscando un beso así. El metro se paró y las puertas se abrieron. Poca gente bajó, a cada una le esperaba un beso diferente.

La siguiente parada se llamaba “Bicos de primavera”, esos besos que estaban allí eran los besos que se dan dos enamorados en pleno chaparrón repentino, pero que después al día siguiente uno de los dos desaparece, y la otra persona no vuelve a saber nada más de él, pero el recuerdo de ese beso quedará en su memoria para siempre. Tampoco era lo que andaba buscando, no quería un amor que después desapareciera.

El metro siguió su viaje: “Besos olvidados”, “Besos que no se dieron”, “Besos de improviso”, “Besos eternos”, “Besos con sabor a fresa”…

Viajé por todas las paradas hasta volver a la primera donde cogiera el metro, la llamada: “La estación de los Besos”. No encontré ninguno de mi agrado. Bajé del metro, subí las escaleras y salí a la superficie. Respiré hondo y sonreí, a lo mejor no tenía que buscar el beso perfecto, seguro que algún día sin contarlo lo encontraría.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *